Petición para que se ordene al Gobernador de Santa Marta que entregue en depósito al de Cartagena las piezas de artillería, pólvora y municiones que se le enviaron para defender la ciudad.

Carta de Antonio de Ordás, Procurador del Cabildo de Cartagena, al Rey Felipe, en la cual menciona que las “ocho piezas de artillería de bronce, las cuatro de a cuarenta y cinco quintales y las otras cuatro de a treinta y cuatro y treinta y cinco quintales, y … la pólvora y otras municiones” que mandó enviar el Rey para defender la Provincia de Santa Marta y el Río de la Hacha, están “a riesgo y peligro de que cualquiera navío o pataje inglés, de los muchos que de ordinario acuden a aquel puerto, los tome, por no haber fuertes en qué poder estar ni gente que las defienda ni pueda defender”, por ello le suplica se ordene al Gobernador de aquella provincia que se las entregue a don Pedro de Acuña, Gobernador de la de Cartagena, “para que las tenga en depósito” en aquella ciudad mientras en Santa Marta “hay comodidad para poder estar con seguridad, que si es necesario”, le ofrece, de parte del Cabildo de Cartagena que se devolverán, pues además de “asegurar la dicha artillería y municiones, es de muy gran importancia en la dicha [ciudad de] Cartagena para su defensa, por estar como está con mucha necesidad de lo susodicho”. 
También dice que como el dicho Gobernador Acuña tuvo aviso (I. 3) por parte del Presidente de Santo Domingo “que por las Islas Terceras habían pasado cantidad de navíos ingleses, que se entendía iban a Las Indias y que convenía estar prevenido, viéndose necesitado de artillería, le pareció enviar una galera a Santa Marta por la que allí había”, y como el dicho armamento ya debía estar en Cartagena, le suplica que en caso de que así sea, “se sirva de tenerlo por bien, pues lo que se pretende … es sólo la seguridad de la dicha artillería y municiones y que pueda ser de provecho para el servicio de vuestra majestad y defensa de aquella costa” (I. 4).
En el último folio hay un resumen del contenido de este documento y una nota de otra mano, fechada en Madrid, en abril 1º. de 1598, que ordena que se junten “los papeles que hay sobre esto” (I. 6).