Solicitud de información sobre el valor de la renta de unos indios encomendados a una viuda y la conveniencia de otorgarle otra merced para su sustento y el de sus nietos.

María Peón, viuda de Lope de Orozco, Gobernador que fue de la Provincia de Santa Marta, ha informado al Rey Felipe que su marido sirvió a su padre, el Rey Felipe II, en varias ocasiones, entre ellas, en la pacificación y población de aquellas tierras cumpliendo con el Asiento que había firmado, “y que por su muerte no pudo continuar la dicha pacificación, y que en virtud de uno de los capítulos del dicho Asiento, el dicho don Lope nombró por su subcesor en el dicho Gobierno a don Lope de Orozco, su hijo, y por ser menor de edad, se obligó por él a cumplirle (I. 19) el Capitán Francisco Marmolejo, su hermano, el cual juntó gente y la llevó a la ciudad de Santa Marta, donde ella sustentó mucha parte”, y que como su marido dejó muy pocos bienes y su hermano Francisco Marmolejo falleció en La Habana, y su hijo Lope de Orozco “con lo que traía, se hundió en un galeón” y como ella le entregó “la mayor parte de su dote” para ese viaje, quedó muy pobre y no tiene “más que la renta de unos pocos indios que por la muerte de su primer marido le quedaron, que son los del pueblo de Tacaloa, jurisdicción de la cabeza de María, que es tierra cara y enferma”, por lo cual le suplica le haga merced de otra renta “para su vida y para los hijos naturales que quedaron del dicho don Lope su hijo, que padecen mucha necesidad”, en indios vacos o en lo que él “fuese servido” (I. 20). Como el Rey quiere ser informado sobre lo que rentan los indios que tiene encomendados doña María, si se puede sustentar con ella, y si otorgara esa merced,”en qué cantidad y en qué se le podría hacer que no fuese en mi hacienda”, ordena a don Pedro de Acuña, Gobernador de la Provincia de Cartagena que le envíe relación sobre este asunto con su parecer, “para que visto, se provea lo que convenga” (I. 21).