Merced al Monasterio de San Martín, de Madrid, para la construcción de su edificio.

El 23 de diciembre de 1596, el Rey Felipe hizo merced por 1.000 ducados al Monasterio de San Martín, de la Orden de San Benito de la villa de Madrid, “para ayuda a la obra que en él se hace, librados en lo que procediese de la vara de Alguacil Mayor de la ciudad de Cartagena, que he mandado vender”.
Como el abad, frailes y convento de aquel monasterio han informado al Rey Felipe y a su hijo el Príncipe Felipe que el mencionado oficio “está por vender” (I. 340), para continuar sus obras requieren de ese dinero, por ello le suplican que ordene que les entreguen esa cantidad “de lo procedido del oficio de Depositario General de la misma ciudad de Cartagena, que se entiende se trae en la Armada del cargo de Juan Gutiérrez de Garibay”.
El Príncipe ordena al Presidente, jueces y oficiales de la Casa de la Contratación de las Indias de Sevilla “que de cualquier dinero que se trujere a esa Casa procedido del dicho oficio de Depositario General, deis y paguéis a quien tuviera poder del abad y convento del dicho Monesterio de Sant Martín”, los 1.000 ducados de la merced que les hizo, y que de ellos se descuenten los gastos de Avería, y con su carta de pago y esta cédula, registren en cuentas la entrega de ese dinero, y avisen a los Oficiales de Hacienda de la Provincia de Cartagena cuando lo hagan para que allí no se paguen de nuevo (I. 341).