Orden para que se encomienden los indios de varios pueblos de la provincia de Cartagena, a cambio de renunciar al cargo de Gobernador de la Provincia de la Nueva Andalucía.

Don Garci Fernández de Serpa ha hecho referencia al Rey Felipe acerca del asiento y capitulación que en 1568 tomó su padre el Capitán Diego Hernández de Serpa, para el “descubrimiento y población de las Provincias de la Nueva Andalucía, y entre otras cosas se le concedió la Gobernación y Capitanía General de las dichas provincias por su vida, y la de un heredero”, y cumpliendo lo firmado, llevó gente a esas provincias, pero “por haber fallecido estando entendiendo en la población dellas”, Garci Fernández le sucedió en esa Gobernación, y viajó a España para confirmar su cargo, y “estando entendiendo en recoger la dicha gente, por ver que no podía (I.474) pasar delante con lo que estaba obligado, por andar enfermo y necesitado y otras causas” , firmó otro asiento con el licenciado Negrón, Fiscal del Consejo de Indias, por el cual renunciaba al cargo de Gobernador de las Provincias de Nueva Andalucía, y a cambio, se le debían encomendar “los indios de los pueblos de esa provincia que llaman Cipacúa la Grande y Turbaco y Guanantá y Bahaire, Carex y Palvato que están en nuestra Corona”, y que si los tributos de esos pueblos, descontando el valor del salario de los ministros de la doctrina, “montaren más de mil pesos de minas ensayados y marcados cada un año, la demasía se haya de cobrar para nos por los nuestros Oficiales de esa provincia”, y que además, se le dé un oficio de Regidor del Cabildo de la ciudad de Cartagena (I. 475), según constaba por el Asiento que se presentó ante el Consejo de Indias. Por todo lo anterior, Fernández de Serpa suplica al Rey que ratifique ese acuerdo, y que se le entreguen “los despachos necesarios”. El Rey ordena a Pedro Fernández de Busto, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Cartagena, que al recibir esta cédula, haga tasar los tributos que deben pagar los indios de los pueblos mencionados, y aunque estén a nombre de la Corona, “los encomendéis al dicho Garci Fernández de Serpa, para que los tenga encomendados por su vida y la de un sucesor, conforme a la Ley de la Sucesión”, y si valen más de mil pesos, sacando los salarios de los ministros de la doctrina, el excedente se entregue a los Oficiales de Hacienda de la Provincia de Cartagena (I. 476).