Orden para que los alguaciles acaten los mandamientos de los oficiales sobre el cobro de la Hacienda Real.

El Rey Felipe informa al Alguacil Mayor de la Provincia de Cartagena, y a los demás alguaciles y justicias de esa provincia y de la ciudad de Cartagena que la Corona ordenó a los Oficiales de Hacienda de esa provincia “cobrar nuestra Hacienda y patrimonio Real y cualesquier deudas que se nos deben y debieren de aquí adelante en ella en cualquier manera”, y les han dado poder “para hacer las ejecuciones, prisiones, ventas y remates de bienes y otras diligencias que convengan y sean necesarias, hasta cobrar lo que así se nos debiere”, y guardarlo en el arca de tres llaves. Como es necesario para el cumplimiento de esta orden que los alguaciles cumplan los mandamientos que dicten los oficiales sobre la cobranza de la Hacienda Real, el Rey les ordena que cumplan y ejecuten sus mandamientos “sin que en ello haya excusa ni dilación alguna … y si así no lo hiciéredes y cumpliéredes, por la presente vos mandamos al Presidente e Oidores de la Audiencia Real que vos compelan y apremien a ello” (I. 681).