Orden para que el Gobernador tome Residencia a un visitador y a sus tenientes y oficiales.

El Rey Felipe ordena al licenciado Salazar, Gobernador de la Provincia de Cartagena, que tome Residencia al licenciado Melchior Pérez de Arteaga, Oidor de la Audiencia del Nuevo Reino de Granada “del tiempo que estuvo en esa dicha provincia y en la de Santa Marta” a cargo de la Justicia, y a los tenientes y oficiales que trajo consigo, la cual debe realizarse durante noventa días. 
Asimismo, el Rey ordena al licenciado Pérez de Arteaga y a sus tenientes y oficiales que presenten su Residencia personalmente ante el licenciado Salazar, en el lugar donde este último resida, “y estén en él presentes durante el término de la dicha Residencia, so las penas contenidas en las leyes y premáticas destos reinos que sobrello disponen”. 
El Rey también le ordena licenciado Salazar que se informe sobre su oficio (I. 519), y sobre la manera en que el licenciado Pérez de Arteaga y sus tenientes y oficiales usaron y ejercieron las tareas que les fueron encomendadas para realizar en las provincias de Cartagena y de Santa Marta, durante el tiempo que estuvieron allí, “y si han hecho … lo que eran obligados como buen juez y ministros, y si en algo los halláredes culpados por la información secreta, llamadas e oídas las partes, averigüéis la verdad, y ansí averiguada, hagáis sobre todo cumplimiento de justicia conforme a las leyes destos reinos”. Al finalizar la Residencia, la enviará a la Corte. 
El Rey ordena a cualquiera de las personas de quien haya recibido información para “saber la verdad cerca de lo susodicho”, comparezcan ante el licenciado Salazar para dar sus declaraciones, “y para que podáis hacer y hagáis todas las prisiones y secrestos [sic] de bienes y las demás diligencias que os pareciere que conviene y son necesarias hacerse para la ejecución de nuestra justicia, vos damos poder cumplido” (I.520). Adicionalmente, prohíbe al licenciado Pérez de Arteaga ejercer su cargo de Oidor durante este tiempo (I. 521).