Orden para impartir justicia en un caso de retención de dinero producto de la venta de una carabela y sus mercaderías.

El Rey Felipe informa a los licenciados Angulo de Castejón y Villafaña, Oidores de la Audiencia del Nuevo Reino de Granada, que Bernardo de Andino, Piloto de la nao Santiago le ha hecho relación que “viniendo él a estos reinos de la Provincia de Tierra Firme, llegando a la Provincia (I. 414) de Cartagena” el Gobernador y sus Tenientes le ordenaron llevar un preso a España, “y él les había respondido que se lo entregasen al maestre del dicho navío, como era costumbre”, pero el maestre “se había hecho a la vela luego con el dicho navío, sin querer aguardar a recebir el dicho preso”. Por otra parte, el Gobernador hizo vender una carabela que estaba en Cartagena, “en la cual él tenía parte, así en el casco como en las mercaderías que llevaba” y por haberse vendido a menor precio, había perdido “más de mil pesos de oro”, y el Gobernador tenía el dinero y no se lo quería entregar “ni restituir”, y como no había causa para retener el dinero, según constaba por la información presentada ante el Consejo de Indias, le suplicó que mandase al Gobernador de esa provincia que restituyera a Andino lo que “hubiesen valido la dicha carabela y mercaderías que ansí le habían sido vendidas”. Con el propósito de zanjar el tema, el Rey ordena a los mencionados Oidores de la Audiencia del Nuevo Reino de Granada que pasen por esa provincia, “que veáis lo susodicho … e llamadas e oídas las partes a quien tocare, hagáis cerca dello entero y breve cumplimiento de justicia” para que ninguna de las partes reciban agravio, ni “tengan causa” para quejarse de nuevo por este tema ante el Rey (I. 415).