Orden para que el Gobernador no haga ningún libramiento de la Caja Real sin autorización.

El Rey Felipe escribe al Gobernador de la Provincia de Cartagena que ya sabe que en esa provincia la Corona tiene “cierta granjería de ganados y aves que dizque se crían con el maíz que se coge en los pueblos de indios que están en nuestra Real Corona”, y que ha sido informado que el Gobernador ha “señalado algunos entretenimientos en la dicha granjería a algunas personas particulares” (I.397) como el Capitán Álvaro de Mendoza, a quien le entregó 60 puercos y 60 anegas de maíz, a Gaspar Bernal, 40 cabezas y 60 anegas de maíz y a Francisco Alba y a Esteban Bravo la misma cantidad, y que además de lo anterior, “libráis en nuestra Caja Real algunos dineros sin tener licencia, poder ni facultad” para hacerlo, por ello le ordena que al recibir esta cédula “quitéis los dichos entretenimientos a las personas que los habéis señalado”, y en adelante “no hagáis cosa semejante ni libréis en nuestra Caja Real cosa alguna sin expresa licencia nuestra”, pues de no hacerlo, se le cobrarán de sus bienes lo que haya librado (I. 398).