Orden a los Escribanos para que envíen copia de los documentos de un pleito sobre restitución de indios encomendados.

El Capitán Álvaro de Mendoza, vecino de la ciudad de Cartagena, ha informado al Rey Carlos y a su hija Juana, Princesa de Portugal y Gobernadora de España, que el doctor Juan Maldonado, Juez de Residencia de la Provincia de Cartagena, “por virtud de una cédula nuestra que para él mandamos dar, de fecho y sin le oír, le despojó de la posesión que tenía de los indios y pueblos de Tubará, con sus caciques y subjetos que le estaban encomendados, y los puso en nuestra Corona Real”, y que aunque había apelado el despojo ante el Consejo de Indias, y había traído el proceso, autos y otros documentos, les solicitaba mandar “revocar todo lo fecho y procedido por el dicho doctor Maldonado, y restituirle los dichos indios [que] se le habían anegado y perdido en la mar (I.279) en la nao Bretendoña, que se había perdido en el viaje”, pues fue despojado de los indios y de los tributos de ellos “injustamente y sin ser oído”. La Princesa ordena a los Escribanos de la Provincia de Cartagena que seis días después de ver esta cédula, entreguen al Capitán Alvaro de Mendoza “el treslado signado en pública forma, en manera que haga fe del dicho proceso, e autos que sobre lo susodicho se hicieron … e de todos los testimonios, requerimientos y otras escrituras que sobre la dicha causa hobieren pasado, sin que falte cosa alguna, … para que los pueda presentar en el dicho nuestro Consejo en guarda de su derecho”, y si demoran o no cumplen esta orden, ordenan al Gobernador y a las justicias de esa provincia que “compelan e apremien a ello … so pena de la nuestra merced y de cincuenta mil maravedís para nuestra Cámara” (I. 280).