Merced y orden para comprar ornamentos para las iglesias de los pueblos.

Gregorio de Beteta, fraile de la Orden de Santo Domingo y Obispo electo de la Provincia de Cartagena ha informado al Príncipe Felipe que en esa provincia “hay necesidad de hacerse iglesias en los pueblos de los indios y proveerlas de campanas, cálices y ornamentos, y me suplicó mandase proveer de lo necesario para ornamentos e campanas de las iglesias que se hiciesen en los dichos pueblos”. El Príncipe ordena a los oficiales de la Casa de la Contratación de las Indias de Sevilla, que de los bienes de difuntos que haya en esa Casa que no tengan herederos, “déis al dicho electo Obispo … quinientos pesos de oro, para que él los compre de ornamentos, campanas, cálices e otras cosas necesarias para las dichas iglesias”, y les ordena tomar carta de pago del dinero que entreguen y pasarlo en cuenta (I. 166).