Orden para proveer de vino, aceite, cera y harina a la Iglesia Catedral.

El Rey Carlos y su hija María de Austria, Reina Regente, informan al Gobernador de la Provincia de Cartagena y al Cabildo de la Iglesia Catedral, que Juan Uribe, en nombre del Deán, les ha hecho relación que esa iglesia “está muy necesitada a causa de tener poca fábrica y rentar poco los Diezmos dese Obispado, y tiene necesidad de ser proveída para el servicio del culto divino de vino para decir misa y de aceite para la lámpara del santo sacramento, e ansí mismo de alguna (I. 91) cantidad de cera”, y les suplicó en su nombre le hiciesen merced “de diez arrobas de vino y otras tantas de aceite, e de dos quintales de cera para en cada un año, e asimismo de un barril de harina para hostias”. La Reina ordena al Gobernador de la provincia y al Deán y Cabildo de la Iglesia Catedral le investigue cuánto valen los Diezmos de ese Obispado, y la renta o fábrica que le corresponde a la iglesia y el dinero que requieren para comprar lo que hace falta, y le envíen relación larga y particular sobre este asunto. Mientras tanto, el Gobernador y los Oficiales de Hacienda de wsa Provincia deberán proveer “cómo en todo ello no haya falta en la dicha Iglesia ni en el servicio del culto divino” (I. 92).