Funciones del Obispo como Protector de los Indios

Los Reyes Carlos e Isabel de Portugal informan a fray Gerónimo de Loaisa, Obispo de la Provincia de Cartagena sobre los maltratos y trabajos que se le han dado a los indios en las provincias de las Indias, por parte de “las personas que los … tienen a cargo” (I. 113), razón por la cual “han venido en tanta disminución que casi las dichas islas e tierras están despobladas … y se han seguido otros muchos males e inconvenientes”. 1. Para que los indios de esa provincia se conserven y conozcan la Fe Católica, “que es nuestro principal deseo”, los reyes encargan al Obispo la tarea de ser “Protector de los Indios” de esa provincia y que los visite para asegurarse que estén bien tratados por las personas que los tengan bajo su cargo, que se les esté enseñando la Fe Católica y se guarden las leyes, ordenanzas, instrucciones y provisiones de los Reyes Católicos, “nuestros señores padres”, además de las siguientes funciones. 2. Que el Protector pueda enviar personas a visitar a cualquier parte de la provincia donde él no pueda ir, y que sean y aprobadas por el Gobernador. 3. Que él y las personas que envíe a esas visitas “hagan pesquisas e informaciones de los malos tratamientos que se hicieren a los indios, e si por la dicha pesquisa merecieren pena corporal e privación de los indios las personas que los tuvieren encomendados” (I. 114), la pena será de 50 pesos de oro, o diez días de cárcel. Terminada la investigación, la enviarán al Gobernador “para que la vea e haga justicia conforme a la culpa que della resultare”. 4. Que el Protector y las personas que él designe puedan ir a cualquier lugar de esa provincia, “aunque en ellos haya justicias nuestras”, a buscar información sobre el tratamiento a los indios, “ansí contra el Gobernador y oficiales como con otras cualesquier personas. La información que se encuentre la enviará al Consejo de Indias o a la Audiencia de Panamá “para que se provea en ello lo que sea justicia, e por esto, no es nuestra intención ni voluntad que los Protectores tengan superioridad alguna contra los nuestros Gobernadores ni otras justicias, demás de lo contenido en esta nuestra provisión”. 5. Que el Protector y las otras personas que vayan en su nombre “no puedan conocer ni conozcan de ninguna causa … que entre un indio e otro pasaron, salvo que el dicho gobernador y otras justicias conozcan dello”. 6. Los Reyes otorgan poder “con todas sus incidencias y dependencias, anexidades e conexidades y mandamos al nuestro Gobernador y oficiales de la dicha provincia que usen con vos el dicho Oficio en todos los casos e cosas él anexas e concernientes” y le darán toda la ayuda que solicite sin ponerles impedimento alguno (I. 115).