Informe sobre el valor del Situado para el mantenimiento de la Armada de las galeras de la guardia de Tierra Firme, y que se cobre estos dineros las Cajas reales de las provincias de Tierra Firme y Cartagena. 
Medidas tomadas por el Gobernador de Cartagena ante el incumplimiento en el pago del Situado por parte de los Oficiales de Hacienda de Tierra Firme.
Informe sobre los préstamos que se hacen a los mercaderes de Cartagena, para pagarlos cuando lleguen los dineros del Situado.
Por el incumplimiento de los Oficiales Reales de Panamá, se propone que el  pago del Situado se haga en las cajas Reales de Cartagena.

Carta de don Pedro de Acuña, Gobernador de la Provincia de Cartagena, Juan de Iturriaga Alcibia, Ramón de Monreal y Mateo Ramírez, Oficiales de la Armada de las galeras de la Guardia de Tierra Firme, al Rey Felipe III.
Menciona la orden para que haya dos galeras en el puerto de Cartagena “para la seguridad de toda la costa”, y para su mantenimiento, ordenó se les entregaran 15 cuentos de maravedís, 10 en la caja real de Panamá y 5 en la de Cartagena.
Este dinero siempre se ha entregado “con mucha puntualidad”, excepto el año pasado, que, cuando se envió la galera capitana con la Armada Real a cargo del General Luis Fajardo a Porto Belo, el Presidente y los oficiales reales de Panamá “no la quisieron pagar”, pues el Presidente de Panamá había gastado “toda la plata y oro que había en aquella Caja en la fortificación de Puerto Belo y pagas de soldados”. Esta situación produjo un “grandísimo daño al sustento de las galeras, porque el situado no se cobra hasta haber corrido el año”, y para excusar gastos y riesgos, cada año se envía a recogerlo una galera, y para el sustento ordinario de las galeras, “se busca entre mercaderes la plata necesaria a crédito del situado, con seguridad de que se ha de pagar puntualmente como se ha hecho siempre”, pero como el año pasado no sucedió así, los mercaderes “vieron esta falta” y aunque el Gobernador, con acuerdo de los Presidentes de la Audiencia de Santa Fe Antonio González y Francisco de Sande, ordenó pagarles de la Real Hacienda de Cartagena, “se excusan de prestar como solían, mayormente agora que han tenido noticia de una carta que el Tesorero Juan de Iturriaga Alcibia ha tenido de Gonzalo Vásquez, Alguacil del Santo Oficio en Panamá, íntimo amigo del Presidente don Alonso de Sotomayor, en que certifica que tampoco el año que viene se pagará el situado en aquella Caja” pues el dinero que entre se destinará de nuevo a las fortificaciones de Portobelo y a otros gastos, según consta por un capítulo que se presentará en el Consejo de Indias. 
Por toda esta situación, las galeras al presente quedan “con mucha necesidad, sin haber de qué las sustentar”, y como es importante que “estén prestas para en cualquier ocasión que se ofrezca, las cuales hay muy de ordinario, en particular pocos años a esta parte con las Armadas y corsarios que vienen a las Indias y [a] esta costa”, dan cuenta al Rey (I. 1) de lo que sucede, y le solicitan ordenar que “todo el situado de los quince cuentos se pagase en esta real caja de cualquier hacienda que en ella entra de almojarifazgos, o de la remitida del Nuevo Reino y otras partes, porque de esta manera las galeras se sustentarán sin necesidad, pagándoles por sus tercios y sin pasar riesgo ninguno y costas que se siguen de traer el situado de Panamá”, pues para la Hacienda Real “es toda una misma cuenta, porque lo que se dejare de registrar aquí por razón de pagar todos los quince cuentos, se registrará en Panamá y no hay más riesgo en lo uno que en lo otro”. 
Si hubiese algún inconveniente, le suplican al Rey “mandar se despache cédula real para que los oficiales de Panamá, sin réplica alguna, paguen el situado por sus tercios cuando se enviare por él, de cualquier hacienda real, sin que se entremeta en ello el Presidente, ni Audiencia, como se ha hecho hasta aquí” (I. 2).