Informe sobre el envío de noticias sobre la Armada Inglesa a España.
Relato de la entrada de la Armada Inglesa a Nombre de Dios, Porto Belo y el Río Chagre, y lo sucedido en esa expedición.
Informe de la muerte de Francis Drake, al entrar a Porto Belo.
Informe sobre la retirada de la Armada Inglesa, derrotados, de la Provincia de tierra Firme.
Informe sobre la cantidad de naves con que se retiró la Armada Inglesa.
Mención de las obras de fortificación que encontraron los ingleses al entrar por el Río Chagres, rumbo a Panamá.

Copia de una carta enviada por la Audiencia Real de Panamá a don Pedro de Acuña, Gobernador de la Provincia de Cartagena.
1. Informan que el 24 de febrero recibieron una carta del Gobernador Acuña fechada el 16 de dicho mes, por donde ven que el “aviso que llevó Francisco Caro salió a 13 de aquel mes”, que si llega antes de que salgan la Armada y la Flota, “sería de importancia, para quitarle por este año algún cuidado de las cosas de acá”.
2. Como ya sabe, el enemigo inglés “entró en Puerto Belo con toda su Armada [el] miércoles en la tarde siete de febrero”, y ellos supieron la noticia el viernes 9 alrededor de la una de la mañana, “luego salieron el General, Maese de Campo y Capitanes a la venta de Chagre y proveyeron los sitios de defensa, de manera que según avisaron el mismo día a las dos o tres, tenían los dos caminos la que convenía. Envió espías a Puerto Belo y después gente suelta, que mataron a algunos y prendieron otros, de los cuales y de algunos españoles y negros que echaron en tierra en Puerto Belo, se entendió que del Nombre de Dios salió el Armada del enemigo la vuelta del desaguadero de Nicaragua y no pudo montar El Escudo de Veragua, donde se detuvo algunos días, hizo seis lanchas y acordó venir a Puerto Belo con resolución de echar el resto para tomar a Panamá, y que al entrar en Puerto Belo, murió Francisco Draque”. 
Don Tomás quedó en lugar de Drake, “de quien vienen firmados salvoconductos para tratar del rescate de don Francisco Gutiérrez y de otros” aunque esto no lo permitió la Audiencia de Panamá “porque demás de convenir así cumpliendo lo que su majestad tiene ordenado, importa para que otros entiendan que no han de tener provecho (I. 5) ninguno de prisioneros ni de otra cosa”.
Al tener noticias “que el enemigo se estaba allí con navíos y lanchas, y que no echaba gente para Panamá, y que tenía dos compañías en tierra que hacían guardia a oficiales y marineros que trabajaban en aderezar velas y pipas y otras cosas, y que daba carena y que achicaba sus navíos a prisa”, el General envió más gente para seguirlo, pero “el enemigo recogió la suya, y se hizo a la vela [el] domingo 18 de febrero con diez y ocho navíos”, 6 galeones grandes, 2 más pequeños, diez navíos más pequeños y 10 o 20 velas “entre lanchas, bateles y chalupas”. La trinchera quedó, así como los bohíos, y “tomó herramientas y dos piezas de artillería que se habían traído del Nombre de Dios, [las que] … estaban debajo del agua y lo demás escondido”. De todo esto tendrá relación por parte del General.
Informa que por la gente que murió en Puerto Rico y en Tierra Firme, la Armada Inglesa “lleva poca gente” y otros enfermos, y que “con dos cabezas principales menos, como las de Francisco Drake y Juan Aquines [Hawkins], y de otros capitanes y ministros principales, el suceso ha sido bueno, …  y aunque se ha recibido daño, especialmente en el Nombre de Dios, no le ha resultado de ello al enemigo provecho de consideración”.
Se sabe que estaba “resuelto de hacerse a la vela y echar la mayor fuerza que pudiese por el Río de Chagre, [pero] la noche del mismo miércoles diez de enero fue desbaratada [la Armada] en las lomas (I. 6) de Capirella [sic], y así, aquel día comenzó a quemar el pueblo y embarcar su gente, y que con el aviso que le dio un mulato Andrés Amador que se le pasó y fue guía de cómo su gente quedaba rompida, volvió otro día a echar gente en tierra y recoger la suya, que si se hubiera hecho a la vela, pareciere toda la gente que echó en tierra para Panamá”. 
La mayoría de la gente que mandó por el río Chagre, entre los que se contaban los presos, supieron que dicho río estaba fortificado y la gente recogida en la casa de las Cruces. “El suceso ha sido bueno y se estima principalmente porque la gente de este reino saben matar ingleses y están muy animados y aficionados a la guerra y todos han acudido muy honradamente”, y el negocio del inglés era malo “pues no ha conseguido ninguna cosa de importancia de las que pretendía y el daño se entiende es mayor de lo que antes parecía” (I. 7).