Envío de noticias de la Provincia de Cartagena en la Armada Real y en navíos de aviso.
Llegada de correspondencia para el Virrey del Perú y su despacho en navíos mercantes
Especificaciones que tiene la Corona para los navíos de aviso.
Mención sobre el envío de unas cartas procedentes de Quito en contra del cobro de las Alcabalas.
Solicitud para que los Oficiales Reales paguen el envío de correspondencia.
Solicitud para que se provea la fortificación de la ciudad de Cartagena pues los fuertes y trincheras que existen están muy deteriorados.
Informe sobre la salida de varios barcos ingleses hacia la costa de Tierra Firme y de La Habana, para interceptar la correspondencia.
Orden para que los navíos que viajan sueltos lleguen con mayor seguridad, tomen la vía de Santa Marta y no por las islas del Caribe.
Informe sobre el interés de los enemigos ingleses: como no pudieron tomar los navíos que iban con la plata del Rey, van en busca de los navíos que transportan la correspondencia. 
Solicita de nuevo el envío de gente, armas y artillería para defender la plaza de Cartagena.

Informe de don Pedro de Ludeña, Gobernador de la Provincia de Cartagena, al Rey Felipe.
1. En el navío que despachó el 4 de febrero de 1593 “en seguimiento del General Luis Alfonso Flores”, dio noticia de lo que hasta esa fecha “se ofreció”, y afirma que “en esta provincia no hay cosa de nuevo de qué darla”.
2. Da aviso sobre la llegada de una “fragata del trato” con la correspondencia para el Virrey del Perú, y “por no haber barco en este puerto del porte que vuestra majestad manda se hagan los navíos de aviso, envío con estos pliegos una fragata del trato, que entiendo son los mejores bajeles para este propósito”.
3. Hace referencia al informe que le envió el 4 de febrero de este año con copia de “algunas cartas de la libertad con que se procedía (I. 1) en la Provincia de Quito sobre el asiento de las Alcabalas” [registro A-CG-0112], y ahora, ha recibido carta del Virrey donde le informa sobre “la verdad de lo que en estos negocios pasa”. Acerca de estos informes y los otros documentos que haya que enviar, “he suplicado a vuestra majestad otras veces mande dar orden para que los oficiales de la Real Hacienda de esta Provincia paguen lo que costaren semejantes avisos, porque dificultan y rehúsan el pagarlo”, argumentando que no tienen orden expresa para hacerlo.
4. También le menciona los avisos que se han enviado a España solicitando se provea “la fortificación de esta plaza, y de que por ser los fuertes y trincheras que ahora tiene de madera y arena, se va gastando cada año mucha suma de dinero en reparos y adobos, demás de que lo uno y lo otro está hecho ceniza (y es maravilla que en siete años, con los calores y aguaceros de esta tierra, se hayan podido sustentar y tener en pie), aunque esto ha sido a costa del mucho cuidado, trabajo y gasto que con ello se ha tenido”, y como es tan necesario para el servicio de la Corona, le vuelve a suplicar que se haga aunque se haya proveído a otra persona quien de aquí en adelante estará en el cargo de Gobernador.
5. Informa que hace dos días arribó a Cartagena un navío de Cabo Verde, y le trajo una carta del Corregidor de aquella isla (I. 2) dándole aviso “que de 5 ingleses que se habían prendido en un puerto de ella, supo que quedaban en Inglaterra para salir 4 navíos con fin de venir a esta costa y de La Habana” para interceptar los avisos que envía el Rey y los que se despachan de las Indias hacia España, “y porque me ha parecido cosa de consideración, va con esta la carta original, para que vuestra majestad la mande ver” y que provea que los navíos que vengan sueltos de Castilla “huyan las islas todas, y vengan” a Cartagena vía  Santa Marta, pues de esta forma navegarán con más seguridad.
6. Las personas que llegaron en el mencionado barco “refieren que por febrero y marzo llegaron a Cabo Verde dos navíos del Algarve”, y las personas que venían en ellos afirman que “por aquel tiempo quedaban gran cantidad de enemigos en la costa de esos reinos, y siendo esto ansí, es fácil de creer, que no habiendo suerte en las fragatas y navíos que van con la plata del año pasado” vengan en busca de los barcos que llevan correspondencia al puerto de Cartagena o al de Nombre de Dios. El Gobernador informa que ha informado al Rey en varias oportunidades que tiene muchas sospechas que dichos navíos no pueden tener “otro fin, [que] querernos quitar los avisos”. 
Como solución a este asunto le pide “mandar socorrer esta plaza con la gente, armas, municiones y artillería que he suplicado” pues lo que se le dijo que vendrá en la Flota, no llegó, por ello, “de todo lo que en esa provincia hay y de la fuerza que en ella se puede juntar, me voy reparando para defender esta plaza hasta morir en ella, como tengo obligación” estando al servicio del Rey (I. 3).