ic
Documento

A-CG-0107-01

Fecha de expedición
Módulo de Ubicación
No. Catalogación: A-CG-0107-01
Fondo en el Archivo General de Indias
Santa Fe
No Legajo
37
No. Libro
R. 6
No Documento
N. 107
No. del folio original
1 recto - 10 verso
No. de las imágenes digitalizadas
1-20
Cantidad imágenes del documento
20
Módulo de Descripción
Clase de documento
Informe
Procedencia
Gobernación de la Provincia de Cartagena
Remitente
Pedro de Lodeña, Gobernador de la Provincia de Cartagena
Destinatario
Felipe II
Fechas límites
1592
Fecha de expedición
Titulo Original

[sin información].

Descripción Nivel 1

Informe sobre asuntos de hacienda, venta de cargos en Cartagena, Tolú y Mompós y datos sobre estas ventas.
Informe sobre lo que pagan los mercaderes portugueses por los esclavos que venden y datos sobre este recaudo.
Exención del cobro del impuesto a un portugués que sirve el oficio de Capitán de Artillería sin sueldo, y tiene a su cargo las municiones y pertrechos de guerra de Cartagena.
Informe sobre las reacciones de los comerciantes y vecinos de Cartagena al cobro del impuesto de Alcabala, y las solicitudes para relevar de dicho pago a algunas personas.
Suspensión temporal de la cobranza de las Alcabalas por la noticia de la presencia de ingleses en la costa.
Solicitud para que se prohíba matar ganado vacuno para vender cueros en Santa Marta y Río de el hacha, y protesta de la Carnicería de Cartagena por tener que pagar Alcabala por la venta de carne, viva o muerta.
Informe sobre llegada y salida de la Flota de Tierra Firme, sobre contratiempos sufridos por dos navíos y ayudas que les ofreció la Flota.
Apuestas y negocios que hacen algunos comerciantes al ponerle precio a la seguridad de los navíos sueltos que vienen de España.
Informes enviados a Nombre Dios y al Virrey del Perú sobre los enemigos ingleses que se han visto en la costa, captura de algunos, entre ellos un militar importante quien hizo confesiones. 
Informa que aunque ya se aprobó la construcción de fortificaciones en Cartagena y se cuenta con parte de los fondos, no se han iniciado porque el Ingeniero y los planos no han llegado. Datos sobre estrategias de defensa.
Datos sobre las desventajas y costos que tiene el mantenimiento de los fuertes y trincheras existentes, debido a los materiales de que están hechos.
Sugiere que para relevar la ciudad de los costos de las fortificaciones, se aplique a ellas lo que proceda de las Alcabalas.
Informe sobre la gente, armas y municiones que se trajeron para la defensa de Cartagena, pero quedaron pocos porque muchos se fueron.
Solicitud para que se envíen nuevas armas y artillería.
Solicitud de una licencia de viaje para el Sargento Mayor del Presidio de Cartagena.
Solicitud para que el Castellano del Fuerte de san Matías reemplace al Sargento Mayor del Presidio de Cartagena, si le otorgan la licencia de viaje.
Solicitud para que se señalen soldados para el Fuerte de San Matías, y cuando vayan los del Presidio, les paguen 8 ducados adicionales para que se provean de vituallas y otras cosas.
Solicitud para que se provea sustento a los soldados que se condenan a pagar sus penas sirviendo en el Presidio y en los fuertes de Cartagena.
Fuga de los soldados de Cartagena hacia la Provincia de Santa Marta y solicitud del Gobernador de Cartagena para poder manejar estos casos.
Descripción del estado en que se encuentran las Galeras de la Guardia y solicitud para que envíen otras nuevas.
Orden dada por la Audiencia de Santa Fe para reintegrar a su cargo al Cabo de las Galeras.
Orden del Presidente de Nuevo Reino para librar a los forzados que hubiesen cumplido el tiempo de servicio.
Desacuerdos entre el Gobernador y el Obispo por las pretensiones del prelado de poner justicias donde viven los indios y enterrar en la Catedral los que mueren en el Hospital.
Informe sobre los cargos vacantes de la Catedral, y nombramiento de el Deán.
Confirmación de la llegada de 400 bulas de la Santa Cruzada, pero llegaron por un valor distinto del que se había avisado, y remisión de cuentas.
Acuerdo de pagos y fianzas para los mercaderes de esclavos que vienen de Guinea. Casos puntuales de mercantes.
Denuncias de la Audiencia de Santa Fe contra el Gobernador y oficiales reales por haber hecho unos supuestos conciertos con navíos de esclavos sin licencia.
Informe sobre las razones que tuvo la Flota para demorar su viaje hacia España.
Informe sobre el envío a España de los ingleses y uno de los capitanes principales que se capturaron. 
Solicitud para que se ratifique una licencia de viaje que dio el Gobernador a su Escribano.

Descripción Nivel 2

Informe de don Pedro de Ludeña, Gobernador de la Provincia de Cartagena, al Rey Felipe.
1. Menciona que el 28 de febrero y el 27 de julio envió noticias sobre la recepción de unos “arbitrios que en materia de hacienda se mandaron ejecutar en esta provincia, y de lo que hasta entonces se había hecho, y oficios que se habían vendido”, según consta en la relación que envía con esta carta. 
2. Envía relación “de los oficios que se han vendido en las villas de Tolú y Mompós”, de los cuales algunos fueron fiados, y se exigieron fianzas para asegurar su pago. Los que pagaron al contado se registraron por los oficiales reales esta provincia, y continuará vendiendo los que faltan. El valor de estas ventas es de 30.640 ducados. 
Lo correspondiente a las “compusiciones” de los extranjeros que vivían en Cartagena costaron 1 cuento y 313.860 maravedís. El Gobernador afirma que aunque a los portugueses “les parezca les hacía yo agravio en componerlos”, han salido muchos para España (I. 1), por lo que solicita al Rey le avise qué se debe hacer en adelante “con los portugueses que vinieren con navíos de negros”.
3. Informa que el portugués Blas de Herrera, hace más de treinta años reside en Cartagena, es muy rico y desde hace años “sirve el oficio de Capitán de Artillería, sin sueldo, y tiene a su cargo los almacenes de municiones y todos los pertrechos de guerra … y por la satisfacción que tengo de su fidelidad por lo que he conocido dél en las ocasiones que se han ofrecido … he suspendido su compusición” hasta que el Rey le dé licencia “para que en su recompensa se le haga merced de su compusición”.
4. Informa que respondió los despachos que se le enviaron sobre el tema de la Alcabala y que con el Cabildo de Cartagena, dispuso que se pague dicho impuesto, aunque los despachos llegaron tarde debido a los estorbos que hubo en el Nuevo Reino para “entablar y asentar las alcabalas … [bastaron] para turbar los ánimos de los vecinos desta ciudad”.
El Gobernador tuvo que volver a tratar el negocio con los prelados, confesores y “personas de crédito desta ciudad, y persuadidos todos los hombres de trato y comercio caudalosos que hay en ella, y muy particularmente (I. 2) … con los Regidores y personas que en esta república tienen autoridad, junté el Cabildo y le notifiqué la cédula y arancel que vuestra majestad mandó”, pero como había “tanta contradicción en todas las demás partes de las Indias … se resolvieron en suplicar de la cédula” con humildes palabras, como verá su majestad por los autos que se envían al Rey, exponen “las razones que esta ciudad tiene para que vuestra majestad les haga merced de relevarlos de la paga” y que si de todas formas lo deben hacer, “lo harán como deben y están obligados”. 
El Gobernador hizo pregonar la orden y mandó “que se cobren y paguen” las alcabalas, lo cual se va haciendo “sin réplica ni contradicción, y sin que se haya cerrado tienda, ni hablado palabra, ni hecho demostración de inquietud”. 
5. El día que se pregonaron las mencionadas cédulas empezaron a llegar noticias de la presencia de navíos ingleses “y a hacer algún daño en la fregata y barcos del trato”, por ello “fue necesario suspender todos los negocios y atender solo a la defensa y guardia de esta ciudad”, y para también “las diligencias que se iban haciendo para cobranza de las alcabalas, y luego que se entendió la fuerza que traían estos navíos y la cantidad que son, se volvió a proseguir, y se va y irá cobrando”, y hasta ahora han costado “cinco mil y tantos ducados”, pero hubiera sido más si la orden para ese cobro llega 20 días antes, ya que en esas fechas son “las ventas gruesas de la flota” y también porque no se ha cobrado a “los mercaderes que tienen tienda”, pues según la ordenanza, ese impuesto se debe cobrar cada cuatro meses (I. 3) y aún no se había cumplido “el primero tercio”. Lo procedido de ello se enviará más adelante.
6. En otras oportunidades le ha informado sobre “la pobreza de ganado mayor que tiene esta provincia, y de la dificultad con que se trae, y del remedio que convendrá poner en la gobernación de Santa Marta y Río de la Hacha para que no se matase para hacer cueros”, y como en la Provincia de Cartagena “no se matan terneras porque si no se provee, ha de poner en muy gran estrecho a esta ciudad y la armada y flota que llegaren a este puerto”, y como uno de los capítulos del arancel de las alcabalas ordena que se cobre este impuesto tanto “de la carne viva y muerta que se vendiese, el obligado [o dependiente] de la carnicería acudió a la ciudad pidiéndole le sacase a paz y salvo de lo que monta, y de las molestias … [que] se le hacían respecto de estar él obligado en esta carga” y que “no se podrá proveer esta ciudad, flotas y armadas y galeras si no hace vuestra majestad mucha merced en esto, me pareció suspender la cobranza hasta dar cuenta a vuestra majestad dello, obligándose el Cabildo a pagar lo que montare”.
7. Informa que el General Luis Alfonso Flores llegó a Cartagena con 6 fragatas de la Armada real el 6 de mayo (I. 4) y en dos días salió para el Nombre de Dios, y que el 18 de ese mes llegó la Flota de Tierra Firme con el General Francisco Martínez de Leiva.
Informa que además “de las naos que se perdieron en Sanlúcar y en la Bahía de Cádiz, se perdió en el Golfo de las Yeguas la nao Nombrada Santamaría, la mayor que era de Cristóbal García Juárez, con la gente y todo lo que traía” y no se salvaron más de 13 o 14 personas, “de cuya pérdida cupo mucha parte a los vecinos desta ciudad y del [Nuevo] Reino”, la cual después de descargar la ropa que traía para Cartagena, salió hacia Tierra Firme el 11 de junio, “y a dos leguas del puerto, en unos bajos que llaman de Salmerín, dio al través otra nao que llamada El Payón de Pedro Dallo, pasó la flota sin socorrerla, salvo la gente y de algunos que vinieron a esta ciudad supe cómo la nao quedaba allí desamparada y que el maestre había hecho dejación della”. El Gobernador mandó a socorrerla, y se trajeron a Cartagena 700 fardos y cajas, y pero se perdió todo el vino que traía, “y algún herraje, y otras cosas de volumen que no se pudieron sacar porque los golpes de mar hicieron pedazos el navío dentro de cuatro o cinco días”. 
8. Informa que cuando “las flotas o navíos sueltos salen de esos reinos para estas partes, los mercaderes toman cantidad de dineros a cambio sobre las mismas naos de diversas personas que vienen corriendo riesgo sobre ellas … y podría ser … que para quedar libres, sacan los navíos de manera que se pierdan, o las varan en tierra, o dan en algunos arrecifes” en sitios conocidos para poder salvar sus personas y pertenencias, y para prevenir estas situaciones sería muy importante “que no se puedan hacer semejantes contratos”.
9. Informa sobre la llegada de un navío de aviso para que el Gobernador pueda “avisar al General (I. 5) Luis Alfonso Flores de la noticia que tuviere y se me diere de enemigos, para que él se pudiese gobernar mejor en su despacho y partida”, y se enviaron al Nombre de Dios los pliegos que vienen para el mencionado General y para el Virrey del Perú, y las noticias que ha recibido del “Gobernador de las islas de Canaria como de otras partes, y con mucha particularidad de los navíos ingleses que ha habido en esta costa, y de las fuerza[s] que traen y designio que tienen”, como verá en detalle por la relación, autos y confesiones que se han tomado de los ingleses.
10. Informa que por los “muchos avisos que me venían de todas partes de enemigos”, y porque le tomaron dos fragatas mercantes “casi a los ojos, por estar las galeras en Nombre de Dios, fue tanta la confusión de los mercaderes y pasajeros y personas que habían de registrar sus haciendas, que sospechando acaeciera lo mismo en Tierra Firme”, y como hacía poco los enemigos abordaron “una fragata cargada de vino y aceite y otras cosas” en la costa a seis leguas de Cartagena, le pareció apropiado enviar 40 soldados y 12 caballos “a hacerles una emboscada, por lo mucho que en aquella coyuntura importaba tomar lengua dellos” y saber en qué sitios estaban, qué fuerzas tenían y qué intento (I. 6) traían, “y que saliendo a tierra setenta o ochenta ingleses a tomar unas vacas que para este efecto se les echaron, en la costa se degollaron casi todos y se prendieron trece dellos y un capitán llamado Roberto Bost, que según refieren es hombre principal, gran marinero y soldado”, como se informa en el informe que le dio al General Luis Alfonso Flores, y además, salvaron “todo lo que llevaba la fregata, sin que se perdiese doscientos pesos”.
11. Comenta que en las ocasiones que ha podido ha suplicado que el Rey mande “proveer la fortificación de esta plaza, y enviado la relación y trazas de lo que costará y la forma que se podrá tener para la fábrica”, y no lo envía de nuevo pues sabe que ya se estudió el tema, y se decidió “lo que se ha de hacer” y se proveyó “alguna cantidad de dinero en derechos y sisas y repartimientos” para esta obra, y se van cobrando estos dineros, “y solo falta comenzarlo a ponerlo por obra” pues no ha llegado “el Ingeniero ni la traza”. Le suplica que esto se haga porque “tan grandes armadas como salen de Inglaterra cada año y con tanta pujanza, no se puede resistir con la fuerza ordinaria que tenemos, por ser lugar abierto, dividiendo la gente en muchas partes y habiendo de proveer dos fuertes que han menester ciento y cincuenta hombres, siendo poca toda, no puede tener la fuerza que conviene” y estos inconvenientes “se remedian con la fortificación”.
12. Asimismo ha “advertido que el fuerte y trincheras son de madera y tabla, y que ha seis años que están hechos y todo podrido con el rigor de los tiempos desta tierra (I. 7),  y que cada año se gasta en su adobo dellos y reparos … cuatro y cinco mil pesos y que desta manera se irá consumiendo, sin provecho ninguno, lo que está situado para la fortificación”.
13. Como esta obra se debe hacer pronto, “se podrá aplicar lo que procediere de las alcabalas para esta obra”, pues esto ya se hizo Santo Domingo, pues es necesario relevar a la ciudad de estos costos, de algunos repartimientos y el pago de sisas “porque lo uno y lo otro será gran carga”. 
14. Informa que aunque el Rey ordenó traer en la Flota “la gente, armas y municiones que he suplicado”, solo llegaron 100 hombres: 60 alistados en España “para servir en este Presidio, y los cuarenta se cumplieron de pasajeros y soldados afianzados que trajo la flota, la mayor parte casados en España, y muchos que traían licencias de vuestra majestad” y muchos “conocidos y amigos de los maestres y pilotos de la Flota”, y el día que salieron las naves de Cartagena para Nombre de Dios, no quedó ni un hombre de los 40 mencionados, por lo que la compañía del Presidio queda con 150 hombres. 
15. También llegaron 50 arcabuces y 50 mosquetes , “y lo uno y lo otro es gran sin razón que cueste dineros a vuestra majestad por ser de ruin munición, y los frascos y cordones sin provecho, muy pequeños y viejos y rotos, de manera que casi no son de servicio, ni los soldados (I. 8) los quieren recibir”, y considera que no se debe obligar a los soldados a pagarlos ni que los usen “porque no les cabe pólvora para cuatro cargas”, y tampoco se trajo pólvora, plomo ni cuerda, y en esta tierra no se consigue y si se encuentra, vuestra dos veces su precio y “treinta y tantas piezas de artillería, arcabucería y mosquetería gasta mucho … y sin ella no se puede pelear ni defender”. 
Suplica al Rey que en el primer navío que salga de España envíe el plomo y arcabuces, así como “piezas de alcance y culebrinas y media” de las que vienen en los navíos, y como “nunca hay navíos enemigos sueltos por esta costa, y los que este año han venido creo que van escarmentados porque han ganado poco dinero y perdido mucha gente”. 
16. Informa que el Capitán Francisco de Paniagua sirve como Sargento Mayor del Presidio de Cartagena desde que llegó, por acuerdo que hizo el Gobernador con el General Álvaro 
Flores y el Maese de Campo Juan de Tejeda, “y sirve como otras veces he escripto, con tanto contento de toda esta tierra y tan a satisfacción mía y de todos que ninguno otro lo pudiera haber servido mejor”, y como empezado a tener problemas de salud, le parece que podrá servirle mejor en otra parte, por ello le suplica darle licencia para ir a España.
17. Asimismo el Gobernador informa que Jaime Ginovarte “sirve de Castellano del Fuerte de Santo Matías (I. 9) que está en la entrada de este puerto por orden mía y es soldado muy práctico que ha muchos años sirve a vuestra majestad en Italia y Flandes con honrados cargos” y si al capitán Paniagua se le da la licencia que solicita, lo recomienda para reemplazarlo en “la plaza de Capitán y Sargento Mayor” del Presidio de Cartagena. Le suplica “lo mande proveer, o darme licencia para que yo lo haga”, y si el capitán Paniagua se queda en Cartagena, le pide mande “confirmar el nombramiento de Castellano de aquel fuerte y señalarle su sueldo”, pues el que tiene no es “como los que sirven en La Habana”. 
18. En el Fuerte de San Matías se hace la guardia con los soldados del Presidio que se puede “y cuando hay nueva de enemigos, se envía cumplimiento hasta ciento, porque estos se sacan de la compañía del Presidio y queda la ciudad desarmada”. Es necesario que se señalen soldados para este fuerte, y que se les asignen 8 ducados adicionales a los que vienen del Presidio de la ciudad, “que por estar más de una legua de la ciudad ha menester proveerles de vituallas y otras muchas cosas de que tienen necesidad” y si pagan esto de su sueldo, no les alcanzaría ni para medio mes, pues los mantenimientos que se llevan al fuerte son más caros que los de la ciudad, y como el fuere no tiene “aposento, son muy trabajosos de los temporales y perseguidos de mosquitos y otras sabandijas”, y para estos gastos se va “gastando de la Sisa de la fortificación” (I. 10). 
19. Informa que en el Nuevo Reino de Granada y otros lugares “se condenan algunos soldados a servir en este Presidio y fuertes sin sueldo”, pero como son pobres y no tienen de dónde sustentarse, es necesario se provea lo que se deba hacer con ellos pues “padecen gran necesidad y no pueden servir”. 
20. Denuncia que los soldados que huyen del Presidio de Cartagena, de las armadas y galeras, llegan al Río Grande de la Magdalena, “ponen una bandereta y luego vienen barquillos o canoas de la Gobernación de Santa Marta por ellos” y les dan lo que necesiten, y no han bastado las “haberles hecho cien requerimientos para que se remedie”, por lo que suplica enviar comisión para que el Gobernador de Cartagena “pueda conocer destos casos en cualquier parte donde se fueren y hallaren soldados deste Presidio que hayan llevado sueldo de vuestra majestad, y proceder con los que les dan avío, que con esto cesarán estos inconvenientes”. 
21. Informa que envió las dos galeras de la Guardia al Nombre de Dios, por orden del Rey y de Luis Alfonso Flores, pues como llegó la galera de Santo Domingo, se alistaron ambas e hicieron el viaje, pero como son tan viejas y porque tuvieron que tuvieron que remolcar “remolcado una barca de mil y tantas toneladas y tres navíos de la Flota para meterlos en el puerto de Nombre de Dios, han vuelto a este puerto tan caídas y maltratadas que no se podrá hacer con ellas viaje largo ni acción de trabajo, y solo podrán servir de guardar a este puerto y la playa desta ciudad, y entretener la chusma que tiene”. Por ello le pide al Rey que envíen otras nuevas, pues lo que se gaste en ellas “será (I. 11) sin ningún efecto”.  
22. Informa que con los oficiales reales de las galeras acordaron enviar a la Corte a Juan de Pedroza Alvarado, quien fue Escribano Real de estas galeras y “tiene mucha práctica” en ellas, para suplicar se provea lo necesario para estas galeras, según se verá en la instrucción que se le había dado, pero este viaje “lo ha estorbado don Sancho de Arce, que llegó a esta ciudad habrá ocho días del Nuevo Reino”. 
23. Como se le había suspendido del cargo de Cabo de las galeras “por la pérdida y alzamiento de la galera Santa Ana, con parecer del Conde de Villar, y se huyó de la prisión en que yo le tenía, y fue a la Audiencia de Santa Fe donde por carta ejecutoria le han mandado volver el cargo que antes tenía y se le dio la posesión, y la tiene y hace el oficio de Cabo sobre todos los testigos, soldados y forzados que en el alzamiento de la galera juraron lo que vieron”, y como “ha sentido” que el Gobernador procedió en su contra, teme “la ruina y perdición de estas galeras” por lo mal servidas que están ahora, y “aunque yo desee tanto que se haga lo que conviene y vuestra majestad se sirva, no me puedo dar medio entre mandarme vuestra majestad, ser cabeza y superior del dicho don Sancho y consentir desórdenes que haya en este poco tiempo”, y como verá por testimonios enviados por “don Francisco, de la Flota, [que] es deudo y amigo de don Sancho”, quien va “calentado sus pasiones bien públicamente”.
Suplica al Rey “se mande informar de todos los demás generales y almirantes y capitanes y ministros de la armada y flota de la manera que hallaron que estas galeras están proveídas, y de la poca quietud (I. 12) y seguridad con que se ha vivido en este tiempo que las galeras han estado a mi cargo, y de los medios que he ofrecido a don Sancho para nuestra buena correspondencia” y se provea remedio “con la brevedad que se requiere”.
24. Informa que como al Presidente del Nuevo Reino se le ordenó liberar “a los forzados que hubiesen cumplido el servicio de las galeras, y a los buenas boyas se les pagase sueldo”, ha empezado a hacerlo, y esto “tiene tan gran inconveniente, porque estando tan lejos no puede ver la necesidad que hay de chusma, y con facilidad se podrían desarmar mayormente en estos reinos”.
25. También le pide al Rey que escriba al Virrey del Perú y a las Audiencias de estos reinos que “tengan cuidado de enviar forzados a estas galeras ejecutando la ley, para que se conmute el castigo de algunos delitos graves en esto”. 
26. No hay nada nuevo qué informar sobre las “diferencias de jurisdicción con el Obispo desta provincia y su Provisor”, a quien por cédula de mayo 27 de 1591 se le ordenó viajar a presentarse ante el Consejo de Indias. 
27. Respecto a lo que el Rey ha escrito acerca de lo que el Obispo ha ordenado sobre poner varas “en los lugares de indios, y sacar a enterrar a la Iglesia Mayor los pobres que mueren en el hospital, y licencias que ha dado a casados no siendo su jurisdicción”, le suplica que antes de proveer sobre ello, conviene “se hagan (I. 13) informaciones” y se envíen al Rey. 
28. Comenta que como “en estos reinos está todo tan diferente y el remedio” para los “agravios que se hacen” está tan lejos, conviene que a los provisores y vicarios generales y particulares se les haga Visitas o “Residencia de sus oficios”, o que cuando se elijan se les exijan fianzas para “satisfacer a los agravios que hicieren” y así cesarían “millones de inconvenientes que cada día se ofrecen”. 
29. El 8 de septiembre, día de Nuestra Señora, el Obispo publicó “una Bula de Su Santidad acerca de los delincuentes que se retraen a las iglesias y monesterios”. El Gobernador hizo algunas diligencias sobre el tema, cuya copia y la de la bula envía con este documento, e informa que el Obispo “ejecuta su parecer en cualquier cosa que se ofrece”, cosa muy 
inconveniente, por eso le suplica proveer lo que se ha de hacer. 
30. Por el nombramiento de Obispo de la Verapaz que hizo el Rey a don Juan Fernández, anterior Deán de la Iglesia de Cartagena, quedó vacante este oficio, y por muerte de don Francisco Fernández, quedó también vacante el Arcedianazgo, y por muerte de Juan de Guerrero de Garfias quedó vacantes una Canonjía. El Gobernador informa al Rey que desde hace 40 años “que sirve en esta Iglesia el Chantre don Antonio Verdugo”, a quien recomienda para recibir la merced del “Deanazgo de la Iglesia Catedral de Cartagena”.
31. Informa que la bula de la Santa Cruzada llegó a Cartagena el (I. 14) 25 de febrero de este año, y como los despachos, bulas “y la cuenta y razón no vinieron dirigidos a mí”, como dice la cédula de septiembre 6 de 1590, “antes me las envió el Obispo [y por ello] no podré dar razón de lo que en ello se trajo”, sólo puede confirmar que vio que las 400 bulas de 2 pesos, “vinieron trocadas” pues al abrir el paquete “en que veían, se hallaron de a peso”, e hicieron “acuerdo para enmendarlas. Como estas cosas son tan escrupulosas e importantes, y es justo que tengan toda la llaneza y seguridad” es conveniente que se ordene “que se mire mucho, y que todo venga con puntualidad”.
32. Informa que “lo procedido de los dos años pasados de la segunda predicación” se va registrando y se le tomó cuenta al Tesorero de la Santa Cruzada, la que asciende a 4.000 pesos “de plata ensayada”. 
33.  Informa que el doctor Antonio González, miembro del Consejo de las Indias “hizo acuerdo con los oficiales reales desta provincia y conmigo para que cuatro navíos de Guinea” que estaban por llegar a Cartagena, se les reciba y dé despacho para que puedan vender “libremente” los esclavos, informando cuántos negros traían “por registrar y sin orden”, pagando la cuarta parte del valor de los negros, de acuerdo al contrato que el Rey firmó con los demás tratantes, “y dando fianzas de que si vuestra majestad no lo tuviese por bien, pagarían las otras tres cuartas partes conforme a la venta que se hubiese hecho de todos (I. 15)”.
34. Este acuerdo se cumplió con un navío que llegó a Cartagena cuando estaba aquí el Capitán Blas de Herrera, con otro que llegó de Francisco de Aguiar, de una compañía de portugueses, y otro del Capitán Julio Evangelista, cuyo maestre era Diego de Sotomayor, y se les recibieron “las manifestaciones que se hicieron y pagaron el cuarto, dieron las fianzas y se les dio despacho”. 
35. El Rey mandó una carta en abril 3 de 1590 al doctor Antonio González, Presidente del Nuevo Reino de Granada, refrendada por Andrés de Alba, “en que entre otros capítulos, mandó vuestra majestad servirle uno del tenor siguiente”: 
36. Escribe que la diligencia que hizo el doctor González con el navío de Tristán de Morales “para averiguar los negros que iban en él sin registro, me ha parecido bien”, al igual que lo que acordaron acerca “de que entrasen los que llegaron después, con pena de la cuarta parte de lo que llevaban sin registro, debajo de fianzas de pagar lo juzgado y sentenciado”, y aprobó enviar en la Flota lo que procedió de estos esclavos, y haber avisado a Tierra Firme que un navío de don Francisco Maldonado, “que por recelo de lo que se había hecho con los demás no quiso entrar en el dicho puerto de Cartagena”.
37. Informa que la Audiencia de Santa Fe “despachó provisión” respecto a que los oficiales de Hacienda de la Provincia de Cartagena y el Gobernador “habíamos recibido algunas manifestaciones  … y conciertos con los navíos (I. 16) que venían a este puerto cargados de negros sin orden ni licencia”,  y una carta de la Corte en que se avisa que el Rey “no lo tenía por bien y que no se hiciese [en] adelante”, y porque no se han “apartado” de  las instrucciones y cédulas que ha dado el Rey tocantes a la Real Hacienda, “antes se han guardado inviolablemente“, es justo que el Rey sepa que lo que dicen no ha sucedido, y lo que se hizo con los dos navíos mencionados, fue por el “acuerdo ordenado por el dicho Presidente”, el cual tuvieron “obligación a seguirlo y ejecutarlo, por los poderes y autoridad que de vuestra majestad tiene”.
38. El General Luis Alfonso Flores informará al Rey de su viaje, de los motivos por los que no pudo salir antes del 25 de julio hacia España, la demora en llegar “la plata de vuestra majestad y particulares a Panamá y Nombre de Dios”, las noticias que se tienen de enemigos, los navíos que han viajado “a esta costa y pasado al Cabo de Sant Antón”, y que por “dar lugar a que se hubiesen juntádose enemigos en el Cabo … no ha partido hasta hoy 15 de septiembre”. Informa que durante el tiempo que “ha estado en este (I. 17) puerto, se ha tenido toda buen[a] correspondencia, paz y quietud y deja muy satisfecha esta tierra”. 
39. Informa que los ingleses que se capturaron, entre los cuales estaba Roberto Bost, fueron enviados a España en la Flota, para que allí determinen qué hacer, “porque en esta tierra no están bien hombres de tan malas opiniones”, le comenta que “el Capitán Roberto dice que la Reina de Inglaterra dará en su rescate a don Alonso de Buzón”.
40. Francisco Dalva, Escribano Mayor de la Gobernación, del Cabildo de Cartagena y de Registros, solicitó licencia para renunciar a sus cargos , “y que estaba presto [a] dar la tercia parte de su valor”, se hicieron las diligencias, “y con intervención de los oficiales reales y con parecer del doctor Antonio González … se le concedió licencia para ello por dos mil pesos” los cuales pagó a los oficiales, y se le ofreció una rebaja de la tercera parte, si presenta confirmación real de dicha licencia.
El Rey le negó la licencia “por parecer era poco dinero después que las guerras se rompieron con Inglaterra, [y] como esta ciudad es frontera y puerto de mar”, estos oficios ya no valen tanto porque la mayor parte del año están todos “en arma y entendiendo en la defensa della”, y como las flotas ya no vienen cada año sino cada tres (I. 18), y ya no se hacen registros registro de plata “ni otra moneda” pues el Rey ordenó que todo el dinero vaya en las 6 fragatas reales, del Rey. Como Francisco de Alba sirve a la Corona “con mucho cuidado … le suplica enviar la confirmación de la licencia y se le reintegren los 2.000 pesos que pagó.
41. Informa que el licenciado Bonilla, Visitador de Lima, envió un pliego para el Arzobispo de México, Presidente del Consejo de Indias, “y aunque sé que murió, le invió, para que vuestra majestad le mande ver” (I. 19).

Módulo de descriptores
Onomásticos
Personas Mencionadas Cargo 1 Cargo 2
Ludeña, Pedro de
Gobernador de la Provincia de Cartagena
Felipe II
Rey de España
Herrera, Blas de
Capitán de Artillería
Flores, Luis Alfonso
General de armadas
Martínez de Leiva, Francisco
General de armadas
Dallo, Pedro
Dueño de navío
Mendoza, García de
Virrey del Perú
Fernández, Juan
Deán de la Catedral de Cartagena
Obispo de la Verapaz
Guerrero de Garfias, Juan
Canónigo de la Catedral de Cartagena
Gobernador de las Islas de Canarias
Bost, Roberto
Capitán inglés
Paniagua, Francisco de
Capitán
Sargento del Presidio de Cartagena
Flores de Quiñones, Álvaro
General de armadas
Tejeda, Juan de
Maestre de campo
Ginovarte, Jaime
Castellano del Fuerte San Matías
Pedrosa Alvarado, Juan
Escribano
Conde de Villar
Mendoza, García de
Virrey del Perú
Obispo de la Provincia de Cartagena
Verdugo, Antonio
Chantre de la Catedral de Cartagena
Tesorero de la Santa Cruzada
González, Antonio
Presidente del Nuevo Reino de Granada
Herrera, Blas de
Capitán de navío
Aguiar, Francisco de
Capitán de navío
Evangelista, Julio
Capitán de navío
Sotomayor, Diego de
Maestre de navío
Alba, Andrés de
Morales, Tristán de
Dueño de navío
Maldonado, Francisco
Alba, Francisco de
Escribano
Bonilla
Visitador
Arzobispo de México
Presidente del Consejo de Indias
Isabel I
Reina de Inglaterra
Temáticos
NIVEL 1 NIVEL 2 NIVEL 3
Arquitectura militar Fortificaciones Fuertes
Arquitectura militar Fortificaciones Trincheras
Asuntos laborales Ingresos laborales Personal de milicias
Asuntos laborales Licencias laborales Administradores
Asuntos laborales Licencias laborales Escribanos
Asuntos laborales Nombramientos Personal del obispado
Asuntos laborales Reintegro a cargos Personal de armadas
Asuntos laborales Oficios vacantes Personal del obispado
Comercio Animales Ganado
Comercio Comerciantes Contratación
Comercio Comerciantes Impuestos
Comercio Esclavos Licencias de esclavos
Comercio Negocios Carnicerías
Construcción Obras de defensa Costo de obras
Construcción Obras de defensa Financiación de obras
Construcción Obras de defensa Materiales de construcción
Construcción Obras de defensa Obras nuevas
Construcción Obras de defensa Planos
Construcción Obras de defensa Reparaciones
Construcción Personal de construcción Ingenieros militares
Defensa Armadas reales Armadas de guardia
Defensa Armadas reales Navíos de armadas
Defensa Armadas reales Solicitud de navíos
Defensa Armamento Municiones
Defensa Armamento Pertrechos
Defensa Armamento Solicitud de armamento
Defensa Conflictos bélicos Alerta sobre enemigos
Defensa Conflictos bélicos Ataques de corsarios
Defensa Conflictos bélicos Captura de enemigos
Defensa Conflictos bélicos Corsarios
Defensa Conflictos bélicos Navíos enemigos
Defensa Fortificaciones
Defensa Milicias Asignación de soldados
Defensa Milicias Envío de soldados
Defensa Milicias Huida de soldados
Esclavitud Comercio
Gobierno Asuntos de gobierno Estrategias de defensa
Gobierno Asuntos de gobierno Gobernadores
Gobierno Delimitación competencias Gobernación y Audiencias Reales
Gobierno Delimitación competencias Gobernación y Obispado
Hacienda Egresos de la Corona Construcción de inmuebles
Hacienda Exención de impuestos Alcabalas
Hacienda Exención de impuestos Comerciantes
Hacienda Impuestos Alcabalas
Hacienda Impuestos Recaudo de impuestos
Hacienda Ingresos de la Corona Impuestos
Hacienda Ingresos de la Corona Venta de cargos
Iglesia Católica Financiación Entierros
Iglesia Católica Santa Sede Bulas
Iglesia Católica Santa Sede Remisión de cuentas
Justicia Administración de justicia Capturas
Justicia Denuncias Espionaje
Licencias reales Viajes
Población Abastecimiento Carne
Población Entierros
Transporte Marítimo Armadas reales
Transporte Marítimo Flotas mercantes
Institución
  • Armada de Galeras de la Guardia de Tierra Firme
  • Armada Real Española
  • Audiencia Real de Santa Fe
  • Cabildo de Cartagena
  • Flota de Tierra Firme
  • Fuerte San Matías
  • Gobernación de la Provincia de Cartagena
  • Gobernación de la Provincia de Santa Marta
  • Hacienda Real de la Provincia de Cartagena
  • Presidio de Cartagena
Lugares mencionados original Ubicación geográfica actual Lugar
Provincia de Tierra Firme
  • Centroamérica
  • Panamá
  
Nombre de Dios
  • Centroamérica
  • Panamá
  • Nombre de Dios
  
Cuba
Cabo de San Antón
  • Cuenca del Caribe
  • Cuba
  • Cabo de San Antonio
  
Cuba
La Habana
  • Cuenca del Caribe
  • Cuba
  • La Habana
  
Santo Domingo
  • Cuenca del Caribe
  • República Dominicana
  • Santo Domingo
  
Flandes
  • Europa
  • Bélgica
  • Flandes
  
Italia
  • Europa
  • Italia
  
Golfo de las Yeguas
  • Océano Atlántico
  • Islas Canarias
  
Provincia de Cartagena
Cartagena
  • Suramérica
  • Colombia
  • Bolívar
  • Cartagena
  
Provincia de Cartagena
Mompós
  • Suramérica
  • Colombia
  • Bolívar
  • Mompós
  
Provincia de Santa Marta
Río de la Hacha
  • Suramérica
  • Colombia
  • La Guajira
  • Riohacha
  
Provincia de Santa Marta
Río Grande de La Magdalena
  • Suramérica
  • Colombia
  • Río Magdalena
  
Provincia de Cartagena 
Tolú
  • Suramérica
  • Colombia
  • Sucre
  • Tolú
  
Salmerín
  • Suramérica
  • Costa Atlántica
  
Lima
  • Suramérica
  • Perú
  • Lima