Presentación personas para ejercer los cargos de Regidores que están vacantes en el Cabildo de Cartagena.

Personas propuestas por el Gobernador de la Provincia de Cartagena al Rey Felipe para los oficios de Regidores del Cabildo de Cartagena que están vacantes.
Debido a que el Capitán Álvaro de Mendoza tiene 86 años y está “totalmente impedido de hallarse en los Cabildos y de otra cualquiera cosa tocante al oficio, podrá su majestad servirse de proveer su Regimiento”. Este Capitán fue uno de los primeros conquistadores y pobladores de esta provincia, del Nuevo Reino de Granada y de Popayán, así como también sirvió al Rey como “Maese de Campo en esta provincia dende su primera conquista”, y dejará su cargo haciéndole merced a su hijo don Álvaro de Mendoza.
Para los cuatro oficios de Regidores que están vacantes propone a:
Alonso de Padilla, quien hace 35 años vive en Cartagena “sirviendo con su casa, caballos y criados en las ocasiones que se han ofrecido y es persona en quien concurren todas buenas partes y virtud”.
El licenciado don Juan Ramírez de Paz, quien es vecino de Cartagena y tiene allí “casas propias principales”, y ha servido al Rey como Auditor general de la Armada de Galeras y en oficios de justicia, “tiene muy buena habilidad, letras y virtud, es natural de Sevilla y bien nacido, [y] estará muy bien empleado en el oficio”.
Diego Caro, quien reside en Cartagena, “tiene una de las mejores casas”y reside allí con sus criados hace más de 25 años, y ha trabajado “en las cuentas de la Real Hacienda” por órdenes del Gobernador y del doctor Antonio González, “es familiar del Santo Oficio y será muy útil en el Cabildo para las cosas y cuentas de la ciudad, y sus propios y rentas” (I. 27).
Alonso López, quien vive en esta provincia hace 20 años “está casado con hija de Juan Millán de Orozco, de los primeros conquistadores y pobladores, es rico y tiene habilidad y partes para ejercer el oficio de Regidor”.
Pedro López Treviño, quien hace 28 años vive en Cartagena, “es el más rico de ella” y ha apoyado sus necesidades de fortificación, haciendo “a su costa un baluarte de madera en la playa, de que se encargó y le ha sustentado” y prestando dinero para pagar los soldados del presidio, el cual se le debe, “y acude a todas las ocasiones de guerra”, por ello “será de mucho provecho a la ciudad por la falta de propios y hacienda que tiene, y muchas necesidades que se le ofrecen”.
Hernán Pérez de Medina, quien reside en Cartagena y en Tierra Firme desde hace 35 años, “fue Capitán en la guerra de Bayano y en otras ocasiones de corsarios”, y tiene varias “casas principales” en Cartagena, “cantidad de hacienda, ha tenido oficios de justicia y será de mucho provecho a esta ciudad”.
Josepe de Barros, cuyo padre es “uno de los primeros conquistadores y pobladores de esta tierra, tiene casas y es encomendero, [y] es hombre de buen entendimiento, rico y tiene otras muchas buenas partes” (I. 28).