Informe del Gobernador dando aviso de una victoria militar que no se ha precisado.
Envió la correspondencia para Tierra Firme, Perú y el Nuevo Reino. Confirma que el Nuevo Reino está en paz, que los Oidores nuevos se posesionaron de sus oficios y que el Visitador Prieto está realizando su Visita.
La flota llegó a invernar a Cartagena y partirá en febrero hacia Nombre de Dios a recoger los dineros del Rey procedentes del Perú, del Nombre de Dios, de las provincias de Cartagena y Popayán, y del Nuevo Reino. Trae algunas cifras.
Solicita reforzar la seguridad de la flota pues es la que más oro y plata llevará de las Indias.
Solicita dos galeras y una galeota para la custodia y defensa de la costa Caribe.
Avisa que no hay noticias de corsarios ni en el Mar del Sur ni en el del Norte.
Menciona que la ciudad está creciendo mucho, no sólo en su contratación sino en la construcción de edificios.
Informa que Cartagena está haciendo las prevenciones necesarias para defenderse, pero necesitan pólvora. Solicita al Rey que le envíen la pólvora por el situado de las galeras, o desde Quito, donde la producen los naturales.
Informa que la Audiencia de Quito está sin Presidente ni oidores, y que como en el Nuevo Reino siguen enfrentados unos contra otros, irán a España a presentar sus casos.

Informe de don Pedro Fernández de Busto, Gobernador de la Provincia de Cartagena, al Rey Felipe.
1. Da aviso de la llegada del navío que se despachó “con la buena nueva de la victoria … contra el Armada de don Antonio”, la cual “ha dado mucho contento en todas estas islas [y] [roto] Tierra Firme, por estar todos con cuidado de la venida de esta Armada”, y dará mucho regocijo “así en lo temporal como en lo espiritual”. Desea que con esta noticia le dé Dios “muchas victorias contra todos los enemigos de nuestra Santa Fe Católica”. [Se refiere al triunfo de los españoles en la Batalla de la Isla Tercera, el 26 de julio de 1582, contra el Rey Antonio de Portugal].
2. La correspondencia que llegó la reenvió a los reinos de Tierra Firme, Nuevo Reino y Perú.
Informa que el Nuevo Reino “está quieto”, los oidores que envió fueron “recibidos a sus oficios” y el licenciado Prieto de Orellana está realizando su Visita “con mucha quietud y secreto”, según le informará en la carta que va con esta.
Avisa que aquel navío irá a La Habana y a la Nueva España a llevar los demás despachos del Rey. Los que iban para don Diego Maldonado se le entregaron en Cartagena pues “estaba aquí con su flota invernando y … reparando el daño que traía de la mar”. Informa que otro navío enviado por su majestad antes de este no ha llegado (I. 1).
3. Da aviso que don Diego Maldonado saldrá para Nombre de Dios a mediados de febrero pues el Virrey del Perú le avisó que este mes estará toda la plata lista para recogerla en Panamá. No especifica la cantidad que se enviará correspondiente a los derechos de este año. La plata que se enviará correspondiente a los derechos del año pasado asciende a 1.300.000 pesos, procedente de los derechos del Perú, de los pagos hechos por las flotas que llegaron al Nombre de Dios y a Cartagena, los derechos de las perlas, y de lo que venga del Nuevo Reino de Granada y la Gobernación de Popayán.
También irá mucho dinero de particulares, y afirma que esta será la flota con mayor cantidad “de oro y plata que ha salido de las Indias, y así conviene que vaya … con más seguridad, como lo tengo escrito en otros dos navíos de aviso”. Afirma que la saetía que está en Cartagena podría escoltar también esta flota.
Le solicita enviarle dos galeras para la Armada de la Guardia, porque las que hay están muy viejas, y en lugar de la saetía, le envíe una “galeota … y en defecto de no enviarla, se mande hacer acá” que con estos navíos “es suficiente guarda para esta costa y muy necesaria”.
4. No hay noticias de que hayan aparecido navíos de corsarios en la Mar del Sur, ni que haya llegado la Armada Española al Estrecho [de Magallanes], ni que se hayan visto corsarios en el Caribe, pues “los que había en los puertos de Santo Domingo y los demás de aquellas islas los han ahuyentado las galeras que vuestra majestad envió allí”.
5. Informa que “esta ciudad va en mucho crecimiento, así en las contrataciones como en los edificios” (I. 2): le pide que le permita poderlos terminar.
6. Informa que en Cartagena se han hecho “las prevenciones necesarias” para defender la ciudad, pero hay mucha falta de “munición de pólvora y plomo, y la misma necesidad padecen las galeras y saetía, y no se halla a comprar acá”, por ello le suplica ordenar que se envíen a Cartagena “por cuenta de lo situado de las galeras y por cuenta de esta ciudad, que acá se pagará a los oficiales”, o que envíe orden a la Audiencia de Quito para que cada año les envíen 50 quintales de pólvora, “que allí se hace mucha cantidad, y entiendo que a menos costa que ninguna, por hacerlo los naturales”. De cualquier manera, le ruega “nos mande socorrer con brevedad porque de la que tenía la ciudad, ha partido con las galeras y no tienen ellos para gastar ni aún para volverme la que les he prestado”.
7. La Audiencia de Quito está sin Presidente y de sus tres oidores, dos se han ido: el licenciado Prieto fue llamado a la Audiencia de Santa Fe por el licenciado Auncibay, y al licenciado Ortegón, el Rey le dio licencia para viajar a España por tres años a atender sus negocios: está en camino para embarcarse desde Cartagena. El único que queda allí es el licenciado Cañaveral.
“Entiendo que los negocios del [Nuevo] Reino se siguen con tanta pasión los unos contra los otros que no irán a Quito, sino que los unos y los otros irán ante vuestra majestad a purgar sus culpas. Vuestra majestad provea en todo lo que conviene a su real servicio” (I. 3).