Solicitud para asignar salario al Gobernador de Cartagena.
Probanza de los servicios prestados a la Corona por el Gobernador Heredia.

Expediente presentado el 10 de diciembre de 1534 por Sebastián Rodríguez, apoderado de don Pedro de Heredia, Gobernador de la Provincia de Cartagena, al licenciado Carvajal del Consejo de Indias, por medio del cual solicita al Rey Carlos I le asigne salario por los servicios que presta como Gobernador de esa provincia, aunque en el asiento que se firmó con él en 1532 se especificaba que no lo tendría [registro AC-00005]; pero como “tuvieron por cosa de poco provecho la dicha provincia”, y debido a los “muchos trabajos y costas y gastos que ha hecho y la mucha gente que siempre ha sostenido” durante el descubrimiento de esas tierras, las cuales son muchas y muy ricas, le suplica ordenar le den salario “según y como se ha dado y da a los otros gobernadores comarcanos, pues ninguno ha trabajado ni gastado lo que él … y … se le pague desde que se hizo a la vela, pues desde entonces comenzó a gastar su hacienda en servicio de vuestra majestad” (I. 1).
Solicitud para examinar a varios testigos que testifiquen lo indicado en un interrogatorio fechado en la ciudad de Cartagena, o “Nueva Lombardía”, en junio 1 de 1534 y presentado por Antonio de Heredia, quien tiene poder de su padre Pedro de Heredia, ante Diego de Viana, Alcalde Ordinario de esa ciudad y en presencia de Diego de Santacruz, Escribano Público, pues Heredia “tiene necesidad de hacer cierta probanza de los servicios que en esta tierra ha hecho a su majestad” (I. 3).
Seis personas testificaron y respondieron las nueve preguntas: Francisco de Logroño, Gómez Becerra, el Tesorero Alonso de Saavedra y el Contador Alonso López de Ayala, Alonso de Montemayor y el Veedor Juan de Villoria.
Los testigos afirman que conocen a Pedro de Heredia desde hace algún tiempo, en un rango que va desde un año y medio hasta 10 años, y su promedio de edad es de 27 años y medio. Dos de ellos, el Contador López de Ayala y el Veedor Villoria afirman que vinieron con Heredia desde la Isla Española. 
Los testigos afirman que Heredia llegó a la Provincia de Cartagena un año y medio antes de la fecha de este documento, y que traía navíos cargados de gente, caballos y bastimentos para conquistar y pacificar esas tierras. 
También concuerdan en que al llegar, Heredia fundó un pueblo de cristianos, el cual se conoce desde entonces como la ciudad de Cartagena, y en cuanto a la fortaleza que estaba obligado a construir según el mencionado asiento, algunos afirman que ya se había hecho y otro declara que estaba en proceso de construcción.
Los testigos mencionan que antes de su llegada a Cartagena, los indios que habitaban la zona “no consentían a la gente de los navíos saltar en tierra a tomar agua, ni les daban nada”(I. 11); que “los nativos no podían tomar agua ni leña, que los indios les flechaban e han muerto ciertas personas de los navíos”(I. 12), y que después de la pacificación realizada por Heredia, los indios daban a los viajeros agua, leña, maíz, otros bastimentos y cosas que necesitaban. 
Logroño y Becerra viajaron con Heredia en la expedición que emprendió cinco meses después de llegar a Cartagena, con el propósito de conquistar y pacificar los pueblos de indios belicosos y flecheros  de la provincia del Perú y del “Mar del Sur, con mucha gente de pie e de caballo" (I. 14), y que tanto él como sus gente padecieron tantos trabajos, que el testigo Villoria “cree que nunca cristianos los padecieron tan grandes” (I. 14), y confirman las quejas del Gobernador sobre las muertes de varios caballos muy costosos y "que muchos cristianos e indios de los que llevaban quedaron cla[va]dos en una sierra e muchos caballos despeñados” (I. 8). 
También testifican, respecto al trabajo realizado por los negros que llevó para que “fuesen abriendo caminos por donde fuésemos”, y mencionan caminos y puentes “en muchos ríos y pasos peligrosos” (I. 7), por lo cual murieron tres caballos y dos negros, y que dejó “abierto camino” para transitar y para poder transportar las rentas del Rey.
Declaran que Heredia tiene muchos gastos porque en Cartagena los mantenimientos son muy costosos, y "por tener huéspedes e costa de gente e caballos y esclavos" (I. 11) para mantener, y que adicionalmente, “paga muy bien los fletes de bastimentos e caballos” (I. 8) a las personas que los llevan a Cartagena en navíos que van rumbo al Perú, Nicaragua y Guatemala, y ayuda con dinero para que carguen de nuevo sus naves, con el propósito de abastecer mejor la ciudad.
Los testigos declaran que Heredia ha prestado muchos servicios a la Corona, pues ha descubierto tierras muy ricas, ha pacificado muchos pueblos, y que han oído “que en ninguna parte de las Indias en tan poco tiempo se le ha hecho" (I. 15),  ni se ha visto “un pueblo de cristianos como este en esas tierras” (I. 11). 
Los testigos declaran que han oído decir que antes de la llegada de Heredia murieron en esas tierras muchos cristianos que intentaron conquistarlas, “que en la provincia del Cenú entró otro capitán con copia de gente e nunca se supo dellos" (I. 12), y Alonso de Montemayor afirma haber visto “pedazos de espadas e puñales… e que algunos indios decían que habían los cristianos andado por allí" (I. 13) y testifica que varios capitanes y mucha gente ha muerto en esas tierras, inclusive un capitán, “que se creía que era el capitán Becerra” (I. 6). 
Estas declaraciones están firmadas por los testigos y por Diego de Santacruz, Escribano Público (I. 22).