Orden para que los Oficiales de Hacienda de Santo Domingo entreguen mil ducados al hospital de aquella ciudad para la ropa y medicinas que necesitan.

Los diputados y mayordomo del Hospital de San Nicolás de la ciudad de Santo Domingo de la Isla Española, han informado al Rey Felipe que “en él se curan muchos pobres de todas enfermedades en cuatro enfermerías, con costa que no se puede suplir porque sólo tiene mil y quinientos ducados de renta y las limosnas son pocas respecto de la gran pobreza de la tierra”, por lo cual le suplican que mande “situar alguna renta en Sevilla” para que cada año se lleve “la ropa y medicinas necesarias”, la cual se haga por medio de la Real Audiencia de aquella isla, “o del Juez de Descaminos u de cosas que van [de] contrabando”.
El Rey ordena a los oficiales de Hacienda de Santo Domingo que libren 1.000 ducados, “que valen trescientas y setenta y cinco mil maravedís, por una vez … de cualquier hacienda mía que hubiere en esa real caja y fuere a cargo de vos el mi tesorero” y los entreguen a los diputados y mayordomos del mencionado hospital “para remedio del daño que recibió cuando saqueó esa ciudad el corsario”, y que tomen carta de pago de ellos y con ella y esta cédula, “tomando la razón de ella mis contadores de cuentas que residen en el dicho mi Consejo, mando se os reciban y pasen en cuenta los dichos mil ducados sin otro recaudo alguno”.

En una nota de otra mano, dice que esta copia fue “corregida con el asiento del libro”, y va firmada por Juan Fernández (I. 11).