Acuerdo del Gobernador para construir un fuerte en Santa Marta y unas trincheras en el camino a Gaira y autorización para que los indios de los repartimientos trabajen allí.

Carta de don Francisco Manso de Contreras, “Gobernador y Capitán General de esta Gobernación de Santa Marta y ciudad del Río de la Hacha y su granjería de perlas”, por la cual declara estar conforme con el concepto dado por las personas que fueron convocadas para dar su parecer sobre las trincheras que se deben construir para defender la ciudad de Santa Marta [registro A-CC-0071-10], y como “esta ciudad está de ordinario puesta en armas por los continuos rebatos que tienen de ingleses corsarios que la infestan”, y como es conveniente que “se haga el fuerte que está acordado se asiente en la playa y puerto de esta ciudad con la mayor brevedad posible, de suerte que se acabe antes que los enemigos a ella vengan”, y que si no se hace corre mucho riesgo de perderse la ciudad y “la artillería que su majestad ha enviado para su defensa, y para que la dicha obra se empiece, prosiga y acabe con la brevedad referida” es conveniente que se nombre persona que se haga cargo de hacerla (I. 25), y para ello, propone al señor Diego de Mendoza, “vecino y Alguacil Mayor de esta dicha ciudad y Protector de los naturales de ella, y porque [al Rey] le consta que los dichos naturales le tienen mucho amor y respecto y que con facilidad los citará para la labor del dicho fuerte”, pide al Rey les haga merced de encargarlo de la dicha obra para que la acabe con brevedad con los naturales de los repartimientos que le parezcan necesarios, mas si alguna persona pretende “estorbar la dicha obra, procederá contra ellos y les castigará y si para hacer algunas diligencia fuera de esta ciudad fuere necesario nombrar algún juez que las hagan, lo puedan hacer”.
En cuanto a los naturales que se requieren para construir las “trincheras que se han de hacer en lo alto de la que está de Gaira”, el Gobernador le otorga “facultad para poder sacar los indios de los pueblos de Gaira” para hacerlas, y “la trinchera que se ha de hacer al paso del río, se comete a don Antonio Manjarrés de Ludeno, para que con los indios de su encomienda … lo haga hacer” con brevedad, “y así lo proveyó, mandó y firmó” (I. 26) ante el escribano Francisco Jiménez, quien certifica que se hizo por mandato del Gobernador, y lo firmó “en testimonio de verdad” (I. 27).

En el siguiente folio hay un resumen del documento, que dice: “Acuerdo que hizo el Gobernador de Santa Marta sobre fortificar la dicha ciudad” (I. 28).
Al final del documento hay varias notas de manos distintas que dicen:
“La Provincia de Santa Marta suplica se mande aprobar el parecer del Gobernador y demás personas con quien se tomó, sobre la defensa de aquel puerto, sin permitir que sea defraudada la dicha provincia de la artillería que se le hizo merced por las causas que refiere”.
Otra nota dice: “Al licenciado Agustín Álvarez …, Madrid, 24 de abril, 1898” (I. 29).