Testimonio de tres testigos que vieron una pelea de espadas entre soldados y contra el Alcalde Ordinario de Cartagena, frente a las Casas Reales y la Contaduría. Testimonio de tres testigos que vieron una pelea de espadas entre soldados y contra el Alcalde Ordinario de Cartagena, frente a las Casas Reales y la Contaduría.

Don Luis de Guzmán, Tesorero de Hacienda y Alcalde Ordinario de Cartagena, solicita se haga información y se tomen varios testimonios por “un descomedimiento muy grande” que tuvo con un soldado de la Armada llamado Lorenzo, criado del capitán Castañeda, “para saber la verdad e que los culpados se castiguen”.

Testimonio 1
Alonso de Tapia, Contador de Hacienda de la Provincia de Cartagena.
Al ser preguntado sobre este asunto, el Contador Tapia declaró que el día de hoy “estando acuchillándose unos soldados que no sabe cómo se llaman, más de que el uno se llama Lorenzo”, don Luis de Guzmán, Alcalde Ordinario de Cartagena les dijo que se atengan a la justicia y “se metió de por medio e les pidió las espadas”, a lo que respondió el soldado Lorenzo que no quería hacerlo “porque no había justicia, ni conocía justicia para él que era soldado sino [la de] su General”.
Al final, don Luis le quitó la espada y entregó al capitán Castañeda “el espada y el delincuente”, pero al cabo de un rato, el soldado Lorenzo regresó con otros dos “que no (I. 25) sabe cómo se llaman e fueron a la Contaduría a donde estaba el dicho señor Alcalde, diciendo: ‘salga aquí que ya traigo otra espada, véngamela a tornar a quitar que voto a Dios que le tengo de cortar las piernas a él e a cuantos vinieren’”. Al salir el Alcalde “a decirles que se fuesen con Dios e quererles quitar las espadas, echaron mano a ellas e le tiraron surtas cuchilladas e se fueron retrayendo, porque el dicho señor Alcalde iba apretando para quitar las espadas”.
El señor Guzmán asegura que lo dicho “es verdad, para el juramento que hizo”, y firmó su declaración ante el Escribano Francisco Dalva. 

Testimonio 2
Diego Núñez, Factor de Hacienda de la Provincia de Cartagena.
El Factor Núñez declaró que sabe el 8 de octubre vio que un hombre estaba en la puerta de la Contaduría “con la espada desnuda que acababa de reñir con otro soldado” y el Alcalde le pidió muchas veces que se la entregara, y el soldado contestaba que no quería. Cuando el Capitán Castañeda llegó al sitio donde estaban, el soldado “dio la espada (I. 26) al señor Alcalde y el señor Alcalde entregó el delincuente e la espada al dicho Capitán Castañeda”. 
Al cabo de un rato, “el mismo soldado se vino por delante del señor Alcalde, que estaba dentro en la Contaduría y echó mano a la espada, haciendo grandes cosas con ella, dando cuchilladas”. El testigo declara que aunque no entendió lo que decía “por ser un poco sordo”, fue “muy descomedido, … tanto que este testigo se espantó”, y afirma que “es necesario castigarlo”. 
El señor Guzmán asegura que “esto es lo que sabe, para el juramento que hizo”, y firmó su declaración ante el Escribano Francisco Dalva. 

Testimonio 3
Pedro de Santiago.
El señor Pedro de Santiago declaró que sabe “que hoy día, estando junto a la Contaduría” vio que dos hombres venían “riñendo con espadas desnudas, que decían ser soldados de las galeras o saetía y llegó el dicho señor Alcalde a uno de ellos, que dicen se llama Lorenzo e ser soldado de la saetía, a prenderlo”, le pidió su espada a lo que el soldado respondió “que no quería largar (I. 27) el espada [y] que no conocía otra justicia sino a su General”, y al llegar el Capitán Castañeda, el soldado soltó la espada y el Alcalde le entregó el preso y su espada.
Después de un rato, el soldado volvió al mismo lugar “con otro que dicen se llamó Roselli, que es sedero” y llegaron frente a las Casas Reales “donde estaba el señor Alcalde, diciendo a voces: ‘quién quisiere tomarme esta espada, salga por ella’.
El Alcalde “salió fuera diciéndole que era mucha desvergüenza” y al acercarse para tomarlo preso, “echaron mano los dichos soldados a las espadas y el uno de ellos, que dice se llama Lorenzo, le tiró dos cuchilladas … diciéndole que no se llegase a él porque no conocía a justicia ninguna salvo a su General”.
El señor Santiago declara que “esta es verdad, e lo sabe para el juramento que hizo”, y firmó su declaración ante el Escribano Francisco Dalva. 

El Alcalde Luis de Guzmán ordenó que estos testimonios se lleven a don “Pe- (I. 28) dro Vique, General de estas Galeras, a quien pide e suplica le mande entregar al dicho soldado Lorenzo e al dicho Roselli” para que se castiguen de acuerdo a la cédula real “conforme a derecho”. 
Esta información fue entregada a don Pedro Vique, “el cual dijo que él hará buscar los soldados para los prender”. Testigo: Antonio Martínez.
Francisco Dalva, Escribano del Cabildo de Cartagena firma este documento “en testimonio de verdad (I. 29).