Solicitud para fortificar Cartagena con cercas, murallas, caballeros y otras defensas.
Solicitud de gente de guarnición, artillería, armas y municiones para la defensa de la ciudad de Cartagena, que es la más atacada por corsarios, las cuales se podrían tomar de las naves que vienen con la Armada para dar al través.

Copia de una carta del Capitán Martín de las Alas, Gobernador y Capitán General de la Provincia de Cartagena, al Virrey del Perú, don Francisco de Toledo.
El Gobernador comenta que ha tenido noticia [de] que su excelencia “trae orden, provisión y cédula de su majestad para visitar y proveer de gente, artillería e municiones” a los puertos de las Indias, y dar “modo y traza” para fortificarlos y para proveer lo que mejor le parezca, y como “por vista de ojos, e por las diligencias” e informes que ha solicitado la ciudad, le “consta de la bondad desta ciudad y puerto” y de cómo “son los más frecuentados y robados y saqueados de todas las Indias, porque todo el año en la dicha costa no faltan corsarios”, y cómo le consta que esta ciudad tiene (I. 220) gran necesidad de fortificarse “con cercas, caballeros y otras defensas [como] murallas, proveyéndose de gente de guarnición, artillería de bronce, municiones de pólvora y pelotas y artilleros y arcabucería, pólvora y plomo y algunas picas, lo cual vuestra excelencia debe mandar e proveer con ejecución, tomando la dicha artillería, pólvora e municiones de la Flota e Armada que al presente está en este puerto” [,] cuyo General es el señor Diego Flores de Valdés y su Almirante, Nicolás de Cardona, “a los cuales vuestra excelencia debe proveer que luego hagan que los maestros que traen naos para echar al través, saquen y pongan en tierra la artillería, armas, pólvora y municiones de su registro” y la entreguen al Capitán de Artillería de Cartagena.
El Gobernador le agradece sus gestiones para el bien de esta ciudad, su provincia y demás puertos, “pues el remedio y la defensa de todos está en el remedio y aderezo que vuestra excelencia nos dejare, y no tenemos otro debajo del cielo (I. 221) ni a dónde ocurrir por él”, porque tendrían que esperar [a] que llegue otra Flota y los encuentre “desnudos y desarmados como lo hemos hecho, y una vez o otra nos han de llevar”, si el Rey no pone remedio a esta situación. Firma: Martín de las Alas (I. 222). [Registro A-CC-0011-12].